LOPE DE VEGA
ESCRITOR IRREGULAR
En el siglo de Oro español se denominaba a cualquier cosa que
tuviere calidad con una rotunda frase: Es
de Lope. Escribió demasiado y sin reposo. Era un impulsivo para todo, para
el entusiasmo, para la decepción, para el amor y el desamor. Para el lirismo y
la ordinariez. Sus arrebatos místicos y arrepentimientos duraban poco. Amoríos a
montones con damas galantes de la corte, duquesas y marquesas se compaginan con
novicias, mozas de partido o fregonas, lavanderas del Manzanares (sus ninfas) y
labradoras de Getafe. A todas ellas las oculta con un nombre mitológico:
Lucinda, Euridice, Marfisa, Antandra, Ismenia. Era un escritor del barroco de
una fecundidad prodigiosa. En un día escribía una comedia. En horas
veinticuatro pasaron las musas al teatro. Su poesía lírica a veces resulta
arrebatadora y sublime. Pero bastante de sus sonetos caen en el tópico y
resultan deplorables. Parte de sus dramas y novelas hogaño resultan impotables
para el lector de del siglo XXI.
Arrepentido de sus devaneos de juventud, se ordenó sacerdote
y perteneció a la clerecía de San Sebastián en la calle madrileña de Atocha y
ya de viejo parece ser que encontró el amor de su vida una tal Marta de
Nevares. Cuando el Fénix de los Ingenios falleció se metió a monja. También era
un patriota protegido por la Casa de Alba. Hoy tanto las feministas como los
cantonalistas del separatismo lo mandarían a galeras y en galeras anduvo
embarcado en la Invencible. Una galerna le arrojó a las playas de County Cork
en Irlanda y regresar a la patria.
Misógino y machista trata a sus adoradas como un objeto
sexual. Se enamoraba de todas: solteras, casadas, doncellas, jóvenes y viejas. Hombre
lábil y de una vitalidad portentosa. Lo plasman sus escritos.
Si Quevedo consideraba al matrimonio infierno portátil esto
dice de ellas Lope de Vega “es la mujer
lo mejor y lo peor, su vida suele ser y su regalo, su muerte suele ser y su
veneno, cielo a los ojos cándido y sereno que muchas veces al infierno igualo,
es un ángel y a veces una harpía, quiere bien y aborrece, es como una sangría
que da salud y a veces mata”
Dicho esto, sin embargo, nadie podrá negar su dominio del
idioma y la calidad de sus metáforas. Su facundia le conduce a la sátira y sus
jocundas invectivas contra los poetas chirles como en su epístola al Contador
Barrionuevo, un converso… ªpan de Sevilla
regalado y tierno masado por alguna penitenciada con coroza que os quisiera por
yerno que aborreces el tocino español marrano de la sierra de Aracena do huyó del mundo Arias Montano, eres
bizcocho de galera y la zupia que bebe la canalla”.
Sabía insultar y conoce la intrincada jerga marinera del
galeón en que se embarcó de la Armada Invencible. Pone estanterol, cureñas,
mesanas, trinquetes, pañol de popa, toldillas, grumetes, serviolas, cómitres, arráez
y golpe de rebenque. Abajo en las galeras remaba la chusma.
El contador
Barrionuevo administraba los gastos de la Armada. Deinde, los vitriólicos ataques
a la gente de su raza. “Mas, no hay corte como la mar. Todo lo olvida cuando la
nave se va a pique.
13/10/2023
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